viernes, 26 de octubre de 2007

De bosques!

Me encuentro en un bosque, en un bosque enmarañado, lleno de raíces de árboles milenarios, centenarios, de ramas, arbustos y zarzales.
Si miro hacia arriba no veo más que hojas, grandes masas de vegetación que se unen unas con otras.
No hay luz, se fue, mi luz se fue.
En el suelo, más vegetación bajo mis pies descalzos. No consigo ver nada sólo intuyo de que me rodeo.
Está oscuro y hace frío.
Camino, sin rumbo hacia no sé dónde, supongo que sólo quiero hallar la manera de salir de ahí.
Me detengo para intentar escuchar algo que me indique hacia donde puedo ir, un atisbo de esperanza, de vida humana a la que acudir y pedir ayuda.
Nada.
Sólo el viento que mueve las hojas de los árboles que me arropan con su frío aliento.
Cierro los ojos y hago otro esfuerzo, uno mayor para poner toda mi atención en un pequeño sonido a absurdo que parezca, pero mis esfuerzos sólo se recompensan por un pequeño silbido, el del viento que hace que mi piel se erice, se estremezca.
Algo pasa, noto algo, una presencia.
No estoy sola allí.
Hay alguien más, no es el viento quien sopla a mí alrededor.
Me encojo de hombros, me abrazo a mi misma, estoy aterrorizada, no estoy sola allí…
Doy un par de tímidos pasos mientras mis pies se deslizan con sumo cuidado por ese suelo húmedo por el rocío de la noche. Palpo cuidadosamente con ellos y me ayudo de mi mano derecha para intentar encontrar un árbol, un tronco en el que apoyarme y descansar, sentarme y rendirme a quien quiera que sea que está allí conmigo. No puedo huir así que, qué más da ya!
Logro mi meta y apoyo mi espalda en el tronco. Dejo resbalar todo mi cuerpo por el y me siento en el frío suelo, entre sus raíces. Me cobijo y me agarro a mis rodillas, intentando ver algo pero es inútil.
Sigo escuchando como alguien ronda alrededor de donde yo me hallo.
Estoy muy asustada pero al menos esa persona ve lo mismo que yo, así que desde mi posición estoy más escondida de lo que creo en un primer momento.
Pasan las horas, y de repente comienza a iluminarse la parte norte de ese bosque frondoso.
El cielo se está despejando y la luna comienza a mostrarse. No estaré a salvo ahí.
Me da todo igual, que más da si la luz me descubre, no tengo ganas de correr, ni de levantarme, ni de salir huyendo. Estoy en paz conmigo misma, esto no es una película de terror. Me encuentro cada vez más relajada, más calmada, con menos frío, y la luz está cada vez más cerca de donde me encuentro…, hasta que me da alcance y entonces por fin me doy cuenta de que estaba en lo cierto. Hay alguien más allí, cerca, muy cerca en la otra cara del árbol, sentado de la misma manera que yo…
Ambos somos conscientes de que no estábamos solos pero en ningún momento de quien era el otro.
Sin mirarnos nos levantamos poco a poco y nos giramos para vernos.
Parece mentira…
Tan cerca pero tan lejos.
Habías estado ahí todo ese tiempo mientras yo…, intuía estar con alguien pero me sentía sola y aterrorizada.
Al menos ahora sé que a ti te pasaba lo mismo.
Sonrío, me abrazas…
Despierto!

sábado, 20 de octubre de 2007

Vida

En el bosque, en el de tu risa, la mía...
Allí apagadas las horas, las estrellas y la luna. En el camino, en el que me perdí. Retazos de otros tiempos, retales de mi vida que se deshilan, como se queman las fotografías, aquellas, las de otros días. Y seguiré mi caminar, colocando el pie en las huellas de otro ayer, por mi ciudad, por las calles que nos vieron una vez. Y aquí me siento bien, en mi sitio, en mi lugar, donde debo estar. Con mis derrotas y mis victorias, que no me apago porque aún ardo. Que no me falta ni me sobra, que nada cambia porque nada hubo. Que se entere el viento, que lo lleve a lo más alto, a lo más incierto...
Que surque los mares y recorra ese mundo que yo no veré. Que se lo diga bajito, que no me falta ni me sobra, que el que nada tiene, nada pierde. Que en mis trincheras, me fumo mis mañanas, mis amaneceres y los olvidados. Que no muero porque soy vida. Que no me hundo porque nada había. Y floto, y respiro, y camino, por y para mi.
Que el rocío de la aurora, arrulle los deseos de lo ajeno.
Que no me pierdo ni me caigo.
Que me siento viva, más viva que nunca!
Porque soy vida, porque daré vida y rienda suelta a todo aquello que me aproxime, sólo un instante, a tocar el cielo... con la punta de mis dedos.

El Puzzle



viernes, 12 de octubre de 2007

Insomnio

Camino todo el día de un lado para otro, navego por las palabras que no fueron, por las imágenes que no logro olvidar, camino por las sombras de mi gran ciudad.
En mi memoria, recuerdos del ayer, de lo que pudo ser y no fue.
Una hora, otra, otra…
Es increíble la de apreciaciones que se pueden llegar a hacer de un solo gesto, de una sola palabra, de un titubeo…
Sigo caminando, sin moverme del sofá, de la silla del ordenador, de la bañera o del borde de la cama, y continúo ahí, sin movimiento pero sin reposo, pensando, con la mirada perdida, prendida del incesante movimiento de las agujas de un reloj, el que no cesa de recordar.
Un día, otro, otro…
Silencio!!!

miércoles, 10 de octubre de 2007