Fragmentos
Éramos la música en el murmullo de la corriente, el milagro del fuego, el terror al eclípse...
Hasta donde puede alcanzar la razón éramos, infinita cadena de azules quebrados.
Hoy no sé ni quien soy. Y hoy no se hacia donde voy...
Quemaré desde hoy mis rastrojos a dioses terrenales
y en noches sin luna, candiles votivos de buenos augurios a los nuevos amores.
No será más, mi amor, mano firme de anillo de mimbre ajustado.
Ya por siempre será de fierro argentino. Su vaina de cuero gastado.
M.G
viernes, 23 de noviembre de 2007
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3 comentarios:
Bonito.
Actualiza coño. Que estás mala, perraca.
Feliz año nuevo.
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